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Barra do Una. Sobre la SP 055/BR101
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Hola a todos. El motivo de este relato es contar nuestra experiencia de viaje en auto desde Córdoba hasta las playas del litoral paulista, ubicadas entre San Pablo y Río de Janeiro. Primero que nada me gustaría decir que soy un gran seguidor de “En Auto a Brasil” y que me ha proporcionado excelentes datos a la hora de realizar mis viajes. No obstante, a la hora de recavar información acerca de quienes hayan realizado viajes en auto al norte de Santa Catarina no tuve éxito. Es por eso que creo que mi testimonio puede servir a quien se anime a realizar alguna travesía similar.
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Vista desde la SP 055/BR101 (Rio-Santos) |
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Ilhabela |
Mi nombre es Nicolás Arias, tengo 24 años y soy de Córdoba. Junto a mi novia, nos propusimos para nuestras vacaciones de 2010 llegar hasta las cercanías de Río de Janeiro en auto. Por supuesto, cuando fue planteada la idea del viaje entre amigos y familiares muchos nos dijeron que estábamos locos.
Sin embargo, y a pesar de que no hay mucha gente que realice este tipo de viajes, de que las distancias son largas y que era yo el único que manejaba (mi novia no maneja), nos decidimos a hacerlo. Como mencioné anteriormente, el tema de buscar información acerca de rutas, distancias y playas fue muy complicado. Escasean datos de este tipo y finalmente nos tuvimos que largar con lo poco que teníamos y un GPS con mapas un tanto desactualizados (como pudimos comprobar luego).
Salimos desde Córdoba en mi Megane (turbodiesel) el sábado 6 de Marzo de 2010 hacia Brasil. Fuimos por Santa Fé, Paraná y de ahí al norte. Por recomendación de unos amigos que habían realizado el mismo viaje en Febrero, decidimos cruzar a Brasil por Misiones bien al norte: Bernardo de Irigoyen – Dionisio Cequeira. Este cruce internacional es muy poco conocido y debo decir que me arrepentí de haber tomado la decisión de ir por allí.
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Maresias |
Pero tiene sus pros y sus contras. Lo positivo es que el viaje resulta más económico por dos motivos: combustible y peajes. Combustible por que uno hace gran parte del trayecto por territorio argentino donde el combustible es más barato y antes de cruzar hacia el lado brasilero, llenando el tanque se llega a Florianópolis ya que estamos a 750 kms de distancia aproximadamente. Con respecto a los peajes, uno entra a Brasil por el estado de Santa Catarina donde no se cobran peajes para fomentar el turismo por una decisión gubernamental. Este es otro aspecto que contribuye a hacer más económico el viaje (quien ha ido a Brasil en auto sabe lo costoso que pueden ser los peajes). Sin embargo, la ruta por Misiones es sinuosa, construida a través de las montañas y en algunos casos no está en el mejor estado el pavimento. Esto es algo que a mi personalmente me molesta mucho, por que prefiero gastar un poco más y aprovechar las rectas para hacer más rápido el trayecto. Sin embargo, son elementos que se deben considerar a la hora de elegir la ruta, aunque el ahorro por este cruce es considerable. Hicimos aduana en Bernardo de Irigoyen, un pueblo perdido en el medio de la nada y muy pobre. Una vez que pasamos para el lado brasilero, en vez de agarrar para Florianópolis, tomamos la ruta hacia el norte. Rápidamente se hizo de noche y paramos a dormir en un pueblito llamado Marmeleiro. Al otro día, bien temprano, continuamos con nuestro viaje. Salimos para Curitiba, aunque se nos hizo complicado el trayecto por las dificultades de la ruta (construida sobre las montañas) y el tránsito (con gran cantidad de camiones).
Sin embargo, y a pesar de los contratiempos, fue hermoso pasar por los bosques misioneros con su tierra roja, las montañas brasileras con sus plantaciones interminables de soja e irnos aproximando hacia la costa. Una vez que llegamos a Curitiba, ya todo fue autopista hasta San Pablo. Realmente es increíble ver como los ingenieros brasileros se las han arreglado para construir una autopista con carriles que atraviesan montañas a través de túneles larguísimos. Antes de llegar a San Pablo salimos por una ruta que bordea toda la costa paulista. Sin duda una de las rutas más lindas por las que he transitado ya que la misma está construida sobre las montañas y a la vera del mar. De todas las hermosas playas por las que pasamos, decidimos alojarnos en una llamada Boiçucanga. El pueblo era uno de los más grandes por los que habíamos pasado y estábamos cerca de todo.
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Ilhabela |
Una vez instalados, nos dedicamos a conocer una playa por día. Así fue como visitamos las playas de Carmbury, Barra do Sahi y Barra do Una. De más está decir que todas preciosas e infinitamente más lindas que las del sur, tanto por la delicadeza arena, como por el color del agua y su temperatura. Sin embargo, por lejos las playas más bonitas que visitamos en nuestra estadía fueron Maresias e Ilhabela. Maresias, una de las playas más exclusivas del litoral paulista por la opulencia de los condominios y viviendas que la rodean. Pero también famosa por sus aguas cristalinas y sus grandes olas donde se llevan a cabo campeonatos de surf. E Ilhabela fue la frutilla del postre. Una isla a la cual se puede acceder solamente cruzando en ferry. Con más de 40 bellísimas playas de aguas diáfanas, algunas prácticamente vírgenes ya que no se puede acceder mediante vehículos, sólo mediante caminatas de más de 40 minutos a través del monte.
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Ilhabela |
Después de 8 días de estadía, decidimos pasar nuestros últimos 6 días de vacaciones en el sur para que de esta manera no tuviéramos que hacer toda la vuelta de un tirón y se nos acortara el regreso. Por recomendación de amigos brasileros que habíamos hecho en nuestra estadía, decidimos esta vez no evitar San Pablo y bordearlo para tomar mas arriba la autopista y hacer más rápido el descenso hacia el sur. San Pablo nos impacto por su tamaño, su parque industrial abarca kilómetros y kilómetros y las autopistas que lo rodean están construidas a grandes alturas sobre las montañas atravesándolas a estas con túneles interminables. Como nos habían anticipado nuestros amigos brasileros, no tuvimos ningún problema al pasar por la ciudad (teníamos bastante miedo por todo lo que se habla de un monstruo como San Pablo) y nadie siquiera se percato de nuestra presencia y de nuestra patente argentina. Bajamos hacia Curitiba por la autopista y nos alojamos 6 días en Florianópolis.
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Ilhabela |
No tiene sentido contar nuestra experiencia en este último destino, ya que abunda información y testimonios al respecto. Volvimos por Urugaiana – Paso de los Libres, y 17 días y 6 mil kilómetros después llegamos a Córdoba luego de unas inolvidables vacaciones.
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Con amigas en la playa. |
Espero que este testimonio haya sido útil a aquellos que habían pensado en ir en auto un poquito más al norte pero nunca se habían animado e inspire a todos aquellos que gustan de viajar en auto y de disfrutar las paradisíacas playas brasileras. Aunque parece larga la distancia hasta el litoral paulista, el viaje se hace ameno por la belleza de los paisajes que rodean el trayecto y las maravillosas playas hacen que el esfuerzo de hacer unos kilómetros más valga la pena. Saludos a todos y estoy a su disposición para cualquier consulta en la que crean que les puedo ser útil.