
Las prendas que estas mujeres de gran destreza producen se suelen vender en locales especializados. Hay desde pequeñas carpetitas para poner abajo de un florerito, hasta manteles enormes para gigantescas mesas navideñas. Si en algun momento de tu viaje ves a una de estas mujeres, no dudes en detenerte unos segundos a observar y maravillarte de la velocidad y seguridad con la que manejan esa cantidad de palitos e hilos.