Uno de esos rincones de Santa Catarina que quedan en el alma por años y años es la zona de Sambaqui. Un lugar para bañarse sin que filas de sombrillas e hilos dentales atraigan multitudes. En Sambaqui el tiempo se detuvo, hizo una enorme pausa como esperando que uno se pierda en ese momento del pasado que vino de visita al presente. Aquí las tradiciones son tan naturales como el mismísimo aire que se respira y están presentes en la arquitectura, en la gente y en los platos de los bares de la playa. En Sambaqui el paisaje es una invitación a pintar cuadros, a tomar fotos. La mano del hombre está presente, pero no se siente su presencia. Aqui reina la naturaleza, la enormidad del mar y de las montañas del horizonte, aún la enorme ciudad de Florianópolis y su imponente puente colgante de toneladas de hierro se conjugan con el paisaje de manera poética. La arquitectura de Sambaqui es del tipo colonial azoriano, con casas de techos a 2 o 4 aguas, tejas portuguesas y venta...